jueves, 21 de enero de 2010

Vámonos al Festival de Agüimes

El Festival de Agüimes cumple 20 años. Nos hacemos viejos. Y tú más.

Mañana Bea y yo nos subiremos a una barcaza de Fred Olsen, nos beberemos un café con posos en la cafetería bamboleante, y sorteando sargos y delfines desembarcaremos en Agaete una hora más tarde.

A Bea y a mí, a estas alturas, nos ha crecido en el pecho un corazón chicharrero, pero no tanto como para que los canariones nos caigan mal. Esto de rebautizarnos a la religión guanche ha sido una conversión rápida, parecida a la gracia tumbativa de San Pablo, que para hacer que creyera en Cristo de una vez, un arcángel rencoroso le derribó del caballo con la revelación en forma de zarpazo de luz. Como para no creer. Un día de estos se nos escapará alguna queja contra los godos hediondos de la península, ya veréis.

Así que con un atillo a la espada (es un decir, porque nos llevamos el coche y los portátiles) iremos al encuentro de unos cuantos amigos cuenteros. Alguno de ellos, como Alberto Pérez, es amigo desde hace más de treinta y cinco años, manda huevos, que bajábamos juntos la cuesta que va del Chaminade a la Facultad de Filosofía y Letras (el A, y al año siguiente el B) en el año 1973, 74 y 75. Los grises nos vigilaban de cerca. Tan de cerca que de cuando en cuando nos llevábamos una buena tanta de hostias. Su grito de guerra era siempre el mismo: "¡Disuélvanse!" Estaban tan acostumbrados a decirlo que en una ocasión me encontraron a mí solo en la cafetería, y me gritaron :"¡Usted, disuélvase!". Menudo acojone. Estuve a punto de licuarme con los dos azucarillos en la taza de café, por no llevarles la contraria. En tercero Alberto se fue a Lingüística, y yo a Literatura.

--Una mujer escopeta es la que acompaña a los novios durante el paseo para que no se metan mano detrás de un arbusto. En el cine se pone en medio de los dos. Suele ser una tía solterona, o la hermana fea de la novia. En el caso de que sea la hermana pequeña, tiene solución, porque se le puede sobornar con un helado o un algodón de azúcar, pero si es una tía solterona, más vale que el novio toque la zambomba-- me contaba Alberto de camino a la facultad.

Supongo que el nombre procedía por similitud con aquellos guardas de los parques de Madrid, con uniformes marrones, de camuflaje, una cartuchera roja de cuero cruzando el pecho, al estilo Pancho Villa, y una escopeta de dos cañones colgada a la espalda. Los niños de entonces, los que íbamos de cuando en cuando al Retiro o al Parque de Manuel Becerra, teníamos que ser malos de cojones para que el guarda del parque tuviera que llevar una escopeta. O a lo mejor no era para nosotros, los niños (yo no me acercaba mucho, por si acaso), sino para los novios indecentes, que se besaban en los bancos a la vista de todos.

--¿Cómo es posible que hagan eso en mitad del parque? ¡Serán guarros! Eso lo soluciono yo echando leches.

Escopeta al hombro y un aviso:

--Como le vuelvas a tocar la teta, duermes en el calabozo, bribón. Y tienes suerte de que esa no sea mi hija, porque ya te habría volado los huevos a perdigonadas. De momento, para que aprendas, diez pesetas de multa por escándalo público. ¿Qué pasa, que andáis con la moral distraída?

Alberto ha seguido siendo amigo desde entonces, ha estado en casi todas las presentaciones de libros del Taller de Escritura en la Sala Clamores, y en Madrid vivíamos a menos de 200 metros el uno del otro, en los alrededores de la plaza del Dos de Mayo.

Pero habrá más amigos, claro que sí.

El gnomo Alekos. Seguro que terminará por construir el museo del juguete en Guasca, por allá donde Pedro Páramo, si es que no lo arrasó ya todo el llano en llamas. Ya hemos hecho dos libros juntos, y nos faltan unos cuantos más por hacer.

Coralia Rodríguez, mamita cubana, negrota hermosa, lo mejor del Caribe iluminando la calle con sus trajes de colores.

Anita Griot, ¡vecina, que ya me subo para la fiesta!

Maísa Marbán, Magdalena Labarga, Marissa Amado…

Y Antonio Lozano. Qué raro que no nos hubiéramos conocido mucho antes. Le llevo un ejemplar de “Abdel”, porque él también tiene un pedazo de corazón enquistado en África, y otro de “Escribir. Manual de técnicas narrativas”, porque sé que lo va a disfrutar.

En fin, que nos vamos de excursión a la isla de enfrente, que ya es hora de parar un poco, porque la Red Internacional de Cuentacuentos se ha hecho tan grande en tan poco tiempo, que ya casi ni me acuerdo de lo que es un paseo a la orilla del mar, y eso que está aquí mismo, tan cerca...

lunes, 18 de enero de 2010

Cleopatra

Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.

jueves, 14 de enero de 2010

Sophie

Al amanecer Sophie, una mujer negra, ensangrentada y medio desnuda, araña los escombros de su casa a las afueras de Puerto Príncipe, en Haiti. Sabe que sus cuatro hijos pequeños y su marido están debajo de las paredes derruidas. Sophie no puede verlos, pero escucha un gemido intermitente, de cuando en cuando, y ese lamento le taladra el tímpano hasta lo insoportable, y al mismo tiempo le da alguna esperanza. Sophie remueve adoquines con una fuerza que desconoce, y cada piedra que mueve queda marcada con una huella de sangre procedente de sus manos. Sophie no se rinde. Al levantar una puerta tumbada descubre una pierna diminuta que asoma entre el polvo. Es la de su hija Anne, lo sabe por la sandalia rosa que aún lleva puesta. Se abalanza desesperada, pero en el mismo momento en el que toca la pierna de Anne, tan frágil, tan fría, sabe que está muerta desde hace varias horas. Va a desenterrarla, pero el mismo gemido intermitente, a sus espaldas, le hace regresar al centro de la casa y escarbar con furia. Ahora lo escucha con más nitidez, y se estremece al escuchar un lamento que ni siquiera parece humano. Podría ser su marido, o alguno de sus otros tres hijos, supervivientes del terremoto. Ayudándose de una palangana metálica a modo de pala, desescombra y remueve hasta llegar al origen de los sollozos. Al fin lo consigue, pero no es su marido, ni ninguno de sus hijos. Todos están muertos. Sophie está sola, porque el gemido que arranca debajo de las piedras es de Blaqui, el perro de los niños.

lunes, 11 de enero de 2010

Aurora

Lí poder tranquilizar, perdonar y enterrar a los padres, siempre ll

Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.

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Imagen: "Amanecer" de Néstor Martín-Fernández de la Torre (1887-1938)

domingo, 10 de enero de 2010

Begoña (4/4)

Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
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Fin

sábado, 9 de enero de 2010

Begoña (3/4)

—Pero vamos a ver, ¿tú no tienes novia? ¿Elena no es tu novia? ¿Tú no eres lesbiana? —le pregunté yo al borde del infarto escupiendo en la taza del Café del Nuncio. Y probablemente también se lo preguntó el viejo, al borde de otro infarto con más posibilidades de ser mortal.

—Pues no, qué tontería —me dijo Anabel/Sofía—. Yo estoy con Elena porque me gusta ella como persona; pero si Elena se hubiese llamado Germán y fuese un chico, me habría enamorado de Germán. Yo me enamoro de las personas, no de su sexo.

Y levantó la barbilla en un gesto de orgullo.

Y a mí la picha se me puso a reventar. Vamos, no me jodas.

El caso es que poco a poco, según me contó, la mano del viejo llegó hasta las bragas, después se las quitó, y acabó en la cama con él. Sí, sí, con el de 80 años. Y no una vez, sino dos veces por semana, como poco. Begoña, o Anabel, me cago en dios, decía que esos días él le daba una propina de dos mil pesetas por haberse portado bien.

—Venga ya. Eso se llama prostitución —le dije enfermo de celos.

—Oye, no te pases. Yo lo hacía porque no me importaba, y a él se le veía tan contento que no sabía cómo pararle —me dijo Begoña, o como coño se llamase.

—Pero vamos a ver, ¿tú no estabas contratada para hacer intercambio del idioma inglés? —le pregunté casi suplicando para que rectificase la historia.

—Al final ya ni hablábamos en inglés ni nada —me dijo pegando la espalda al respaldo de la silla—. Según entraba por la puerta me empujaba hasta la cama, me desnudaba deprisa y me echaba un polvo. Después, más tranquilo ya, nos tomábamos un té, y hablábamos del calor que hacía en verano en Madrid. Antes de irme él me metía un billete de dos mil pesetas en el bolso, o por dentro de las bragas, y nos despedíamos hasta la próxima. ¡No sabes qué energía tenía el tío, con 80 años!

Yo casi ni me lo podía creer. Allí estaba Sofía, o Begoña, tan tranquila, contándome cómo se lo montaba con un tío de 80 años sin que Elena, su novia lesbiana, se enterara de nada.

—¿Y aún sigues yendo a su casa? —le pregunté, sabiendo que no era posible.

—No, ya no. Al final me enfadé con él. Era un cerdo —reconoció.

—¿Por qué? ¿Qué pasó? —yo estaba al borde de un infarto sexual.

Anabel, o Sofía, dudó unos instantes. No sabía si contármelo o no. Parecía que le daba vergüenza.

—Bueno, un día llegué y me encontré con que estaba con un amigo un poco más joven que él, tendría unos 75 años, pero se conservaba bien. Me dijeron que se conocían desde la mili en Ceuta. Al principio me dio un poco de mal rollo, porque su amigo tenía la cara salpicada de huellas de viruela y ojos de viciosillo.

—No sigas por ahí, que vamos mal —le dije en un susurro, pero Begoña no me escuchó.


(terminará mañana...)

viernes, 8 de enero de 2010

Begoña (2/4)

Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.

(continuará mañana...)

jueves, 7 de enero de 2010

Begoña (1/4)

Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.
(continuará mañana...)

martes, 5 de enero de 2010

Mariponchi

Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.

sábado, 2 de enero de 2010

Patricia

Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.

viernes, 1 de enero de 2010

Adelita

Este es un texto falso que sustituye al que había antes, para evitar su copia.
Percuntia tempora fati conqueror, in uentos inpendo uota fretumque; ne retine dubium cupientis ire per acquor; si bene nota mihi est, ad Caesaris arma iuuentus naufragio uenisse uolet. lam uoce doloris utendum est: non ex acquo diuisimus orbem; Epirum Caesarque tenet totusque senatus, Ausoniam tu solus habes». His terque quaterque uocibus excitum postquam cessare uidebat, dum se desse deis ac non sibi numina credit, sponte per incautas audet temptare latebras quod iussi timucre fretum, temeraria prono expertus cessisse deo, fluctusque ucrendos classibus exigua sperat superare carina.